Credito: Oscar Rodriguez – In Memoriam
¿Por qué estudió filosofía?
Háblenos sobre ese primer encuentro con Alejandro Rossi, con quien después se casaría.
Mi papá y mi mamá se conocieron en la Facultad de Química. A ellos les parecía una cosa cómica estudiar Filosofía. Si trataba de explicarles a Parménides, se morían de risa. La verdad es que el primer año fue un poco desilusionante, pero después me encantó. En esa época, la facultad era pequeña y había muchísima relación entre profesores y alumnos. La cafetería era el centro de reunión. En mi grupo estaban Hugo Margáin, Hugo Hiriart, Sergio Muñoz y Juan Ferrara, que luego huyó para ser actor. Iba con Julissa, que era su novia en esa época.
Un día llegaron Hugo Margáin y Enrique Villanueva y dijeron: “Acaba de llegar Alejandro Rossi, un profesor de Oxford que va a dar un curso. Quiere conocer a los alumnos, así que te lo vamos a presentar para ver si te acepta”. La clase me pareció maravillosa. Ese fue mi descubrimiento de la filosofía analítica, un método y una forma de ver la filosofía. Alejandro venía de Oxford con esas ideas. Era un profesor muy exigente. Al acabar mi licenciatura, fui a preguntarle si quería dirigir mi tesis. Dijo que sí, y luego empezamos a salir. Yo me había casado con un alemán, con el que no tenía nada en común, así que cuando empecé a andar con Alejandro, que también estaba casado, fue un escándalo. Mis papás estaban furiosos. Decidí alejarme y tomé una beca para ir a Estados Unidos, pero después de unos meses Alejandro me dijo: “Tienes que regresar porque quiero casarme contigo”. Lo habían invitado a dar un curso en Venezuela, que en esa época era de las pocas democracias que quedaban en pie en América Latina. La idea era casarnos allá, pero resultó que no se podía. Entonces nos casamos por poder.
¿La filosofía ya era su vocación?
¿Cómo sucedió esto?
¿Es la filosofía un mundo de hombres?
¿En qué tema filosófico trabaja actualmente?
Hay personas que piensan que hay que hacer a un lado la filosofía, cosa que sería un grave error. La filosofía es todas las preguntas éticas acerca de lo justo, de cuándo está uno actuando correctamente, de cómo es posible el conocimiento verdadero, de cómo es posible educar las emociones. Creo que hay problemas que deben tratarse de manera interdisciplinar: es lo que estoy tratando de hacer en el Seminario Universitario sobre Afectividad y Emociones (SUAFEM).